Con una inversión prevista de cerca de 1000 millones de euros en sus activos industriales, Barilla centrará su atención en la sostenibilidad para los años venideros. Esta base es el nuevo motor en la historia de crecimiento de Barilla.
"Con nuestra pasta, no solo compartimos el estilo de Italia con todo el mundo", explica Antonio Copercini, director adjunto de cadena de suministro del grupo en Barilla, responsable de la producción global. "También comunicamos el mensaje de que el éxito económico y la sostenibilidad pueden ir de la mano". Los espaguetis recubiertos en pesto Barilla no solo emanan el cálido viento del Mediterráneo. También permiten que los consumidores disfruten de sus alimentos con la conciencia tranquila.
El aspecto clave de la perspectiva sostenible de Barilla es el establecimiento de cadenas de valor regionales que cubran desde el cultivo de las materias primas hasta el procesamiento y la distribución final. Barilla ha establecido una red de producción estratégica con fábricas en Europa, Estados Unidos y Rusia. El año pasado, la empresa italiana compró una media del 90 % de su trigo en el mismo lugar donde produce su pasta. Así, se evitó la generación de millones de toneladas de gases de efecto invernadero.
En Estados Unidos, la producción comenzó en 1998. Empezando de cero, la cuota de mercado actual de Barilla es del 34 %. Animada por este gran triunfo, la empresa entró en el mercado ruso en 2012. Este productor de pasta procedente de Parma ha visto un crecimiento aún más rápido en el este, con el 12 % de toda la pasta de calidad procedente de Barilla en unos pocos años. Los éxitos en Estados Unidos y Rusia requirieron la construcción de plantas adicionales así como la expansión de las instalaciones existentes.